miércoles, 16 de diciembre de 2015

El sesgo en humanidades y ciencias sociales, emic vs etic. (T5)

El enfoque de la charla respecto al inevitable sesgo que conlleva una investigación me hace reflexionar sobre esa misma cuestión en el ámbito de las ciencias sociales. Como ya he mencionado en este blog, la interpretación de los etnógrafos e investigadores en antropología juega un papel relevante en el análisis y las conclusiones a las que se llega en un estudio, y esas interpretaciones tienen todos los boletos para ser susceptibles de sufrir sesgo. De los posibles sesgos mencionados en la charla, uno de los más incurridos en estudios sociales es el referido al razonamiento, ya que implica dar un valor subjetivo a un hecho objetivo externo. Un reflejo de esto es el eterno dilema “emic vs. etic” que pone en el tablero de análisis las dos visiones contrastadas de un mismo hecho. Por un lado la del propio actor, con la construcción de su significado particular (emic); y por otro la del observador (etic) ajeno a la cultura objeto de análisis, que interpreta desde una posición externa. Esta postura “etic” de interpretación en muchos casos se ve influida por el etnocentrismo que hace valorar lo externo según los parámetros propios del investigador. Con ello, los significados culturales son analizados desde un enfoque occidental y capitalista, como los surgidos en la corriente del materialismo cultural defendido por Marvin Harris, el cuál trataba de encontrar explicaciones causales lo más científicas posibles a las diferencias y semejanzas entre culturas, analizando las limitaciones y oportunidades materiales que surgen para tener las necesidades básicas cubiertas. Como el número de vacas sagradas y bueyes que hay en las distintas regiones de India en función de las necesidades y las preferencias económicas que éstas suponen para los pobladores.
Pero existen otras metodologías que ayudan a contrarrestar los sesgos de una interpretación basada en premisas ajenas a la cultura objeto de estudio. Una de ellas sería el relativismo cultural que inició Franz Boas, y que considera cualquier aspecto de una sociedad o grupo en relación con los estándares culturales de ese grupo, en vez de hacerlo desde un punto de vista universal. Otro pudiera ser el funcionalismo, que define las relaciones sociales desde el punto de vista de la interdependencia funcional o las obligaciones, dentro de la estructura social. Malinowski desarrolló esta teoría (basándose en los postulados de Durkheim) mediante una metodología de campo rigurosa en la cual era necesario visibilizar más el componente emic.
A modo de resumen, la visión del investigador siempre estará presente en todo estudio, y para evitar que prevalezca y provoque sesgos considero importante tener herramientas y metodologías que hagan reflexionar desde el punto de vista de la cultura del colectivo que se observa y se investiga. Por ello, las dos visiones, etic y emic son imprescindibles para comprender las diferencias socioculturales y conforman la estrategia de investigación científica.